La silenciosa e imparable revolución de las mujeres rurales toma el sector primario

El papel de la mujer en la preservación del medio rural es crucial para garantizar tanto la sostenibilidad ambiental como el desarrollo socioeconómico de las comunidades. A lo largo de la historia, las mujeres rurales han desempeñado un rol central en la agricultura, la ganadería, la gestión de recursos naturales y la conservación de tradiciones, contribuyendo no solo a la producción de alimentos, sino también a la preservación del entorno en que viven y la fijación de la población en entornos rurales.

Por todo ello, y para mostrar a la sociedad su papel en la actualidad, la campaña “Si Yo No Produzco, Tú No Comes” (SYNPTNC) ha celebrado en el marco del Día Mundial de la Mujer Rural una jornada titulada ‘La mujer: esencial para la preservación del medio rural’, en la que productoras, líderes rurales y expertas en sostenibilidad han compartido sus experiencias y discutido sobre la importancia de promover políticas que apoyen su trabajo, fomente la igualdad de género y aseguren la sostenibilidad de los recursos naturales.

La jornada ha sido inaugurada por Elena Vargas, directora del segmento empresas de la territorial centro en Banco Sabadell; y Jerónima Bonafé, presidenta del Grupo de Trabajo de Igualdad de Cooperativas Agro-alimentarias de España y secretaria de AMCAE.

Vargas ha destacado que “La búsqueda de representación y de reconocimiento de este ámbito es más que necesaria, como lo es visibilizar modelos de liderazgo femeninos y promover el acceso a las mismas oportunidades económicas, para contribuir a una sociedad que ha sido y es capaz de enfrentar grandes desafíos.”

Por su parte, Bonafé ha manifestado que “llevamos muchos años intentando conseguir una igualdad efectiva entre hombres y mujeres en el sector agrario y pensamos que nuestra lucha y trabajo diarios no son en vano”, al reflexionar sobre el aumento de la presencia de mujeres en órganos directivos de cooperativas durante la última década.

A continuación, ha tenido lugar la mesa redonda titulada ‘La mujer alimenta al mundo’, en la que han participado Pilar Mateos, miembro de la Directiva Ejecutiva de AMFAR; Jerónima Bonafé, presidenta del Grupo de Trabajo de Igualdad de Cooperativas Agro-alimentarias de España y secretaria de AMCAE; Blanca Corroto, presidenta de Asaja-Mujeres; María Cano, técnica de FADEMUR y presidenta de FADEMUR Madrid; Inmaculada Idáñez, presidenta de CERES; y Nuria Cardoso, directora de comunicación de ASEDAS.

Las ponentes han asegurado que las mujeres son esenciales para el desarrollo y mantenimiento sostenible de la vida y riqueza en el entorno rural. Actualmente, se trabaja para fomentar el emprendimiento femenino y la aprobación de leyes que reconozcan sus derechos y las protejan, por garantizar el acceso a oportunidades formativas, capacitantes e informativas y, por supuesto, obtener la conciliación y alcanzar un futuro equitativo. Los datos son claros: en un 79 % de los casos, las mujeres sienten la necesidad de autoemplearse para garantizar su permanencia en los pueblos. En esta línea, un 20 % de las mujeres rurales se encuentra inmersa en el proceso emprendedor, del cual un 8 % tiene proyectos consolidados, lo que supone una cifra tres veces superior en comparación a la de los entornos urbanos.

Es evidente que, en un mundo y sector muy masculinizados, empezar a hablar de igualdad con mujeres sigue costando muchísimo. Las expertas han reiterado que, a pesar de los esfuerzos realizados, la presencia de la mujer en puestos de responsabilidad aún es muy escasa por el rechazo o la falta de confianza de sus compañeros varones. Afortunadamente, a base de formación generalizada, se ha ido cambiando un poco este paradigma. Ahora cuenta con un 10 % de mujeres (hace 10 años, era un 3 %) en consejos rectores de cooperativas, de las que un 4,9 % son presidentas. No obstante, y aunque no sea a la velocidad deseada, estamos avanzando a través de la implicación de hombres y mujeres en este cambio de mentalidad.